lunes, 16 de noviembre de 2009

Mimetizando

Tras un fin de semana de ‘profundas’ conversaciones con las amigas, y algo de reflexión, Física y yo hemos llegado a la conclusión del porqué de nuestros fracasos en pareja, o al menos, parte del problema. Y es algo tan evidente como la falta de voz y las ansias de mimetización. Lo cual nos lleva en parte a la anulación de nuestro propio carácter.

En su caso se da más la mimetización, cuando empieza a salir con un chico sus gustos cambian asemejándose a los de él, cosas que cuando está soltera le encantan dejan de gustarle tanto, o mejor dicho, pasa de ellas. Él se convierte en lo que más le gusta. Cuando anda sin compromiso le encanta su propia personalidad, se siente fuerte y con ganas de comerse el mundo, pero al empezar una relación eso desaparece, no es que deje de gustarle como es ella, pero la posibilidad de que a su pareja no le guste y las ganas de tener en común hace que se anule a sí misma.

En mi caso se da más el caso de lengua comida por gato. Me callo. Como una muerta. Si algo me molesta me lo callo y no digo nada (tragar, tragar, tragar), no discuto, no llevo la contraria. Me mimetizo pero sin dejar mis gustos, es decir, me intereso más de lo normal por lo que le gusta a él, pero sigo fiel también a las cosas que me gustan a mí. Pero no discuto, así que es imposible que él sepa si estoy molesta por algo o no, y se me va haciendo una bola, hasta que al final siento que me ahogo, pero no, no exploto, lo que hago es callarme, pero claro, si estás ahogándote con una bola que no escupes empiezas a comportarte de un modo raro, él termina cansándose de ese humor raro que aparentemente no tiene ninguna explicación (yo callada como una tumba) y termina queriendo dejarlo.
Nos hemos propuesto cambiarlo, sabemos que nos va a costar a horrores, pero si no lo intentamos corremos el riesgo de terminar en una relación ‘de por vida’ siendo alguien que no somos, y está claro que quien nos quiera, tendría que hacerlo por quien en verdad somos, no quien ellos quieren que seamos.

Aunque en el caso de mi relación con Frenchie, la razón fue que tenía el síndrome Rebeca (picha aquí para saber de que trata: Síndrome Rebeca)

¿Y vosotros como sois?¿Callais o hablais?


imagen:http://www.manywallpapers.com

4 comentarios:

  1. en mi modesta opinión... eso también depende de la pareja que os busquéis.

    Quizás la física no estuvo nunca con nadie que se interesase por sus gustos, por ejemplo

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  2. Uf, discrepo ligeramente Calvanki, depende de uno. Antes callaba y me pasaba lo que a ti, acababa reventando por algún lado y así me iba siempre, je. Ahora he cambiado, muy mucho, y hablo, va todo mejor de verdad de la buena.
    Así que sólo te puedo aconsejar (con todas las comillas que deben llevar los consejos ajenos y más si son de desconocidos) que la evolución es buena. Eso sí, cuesta cuesta cuesta muy mucho cambiar y sigue costando no volver a los antiguos hábitos :-)

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  3. de acuerdo con vos, exseminarista ye-ye

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  4. Creo que tienes mucha razón en lo que dices...cuando conoces a alguien y te gusta empiezas a interesarte por todas las cosas que a él le interesan, aunque sea física cuántica y de otro modo te hubiera parecido un tostón...

    también aceptas y te callas cosas que en realidad no te gustan...y cuando explotas, si lo haces, lo acabas soltando todo! le echas en cara al pobre muchacho hasta la primera papilla!! y si no explotas, tu humor cambia y se hace insoportable...

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