martes, 27 de abril de 2010

Princess

Una vez cada seis meses más o menos, más más que menos, quedo con un ex compa de la uni. El viernes fue ese día.

Ya estamos acostumbrados a que se nos vaya un poco la hora (quedamos a eso de las 7 de la tarde y volvimos a casa como a las 3 de la mañana) y nos vamos de un lado a otro (aquí café, ahí cena, allí trago…bueno, el trago yo, que el pobre Muni tiene que llevar el coche, y como es un ‘agente de la ley’ no está bien que sea el primero que se lo salta).

Con Muni me lo paso en grande, tiene mis historias divertidísimas que contar, siempre hemos coincido en la misma frecuencia de estado emocional (o casi siempre) y tenemos muchas cosas en común. Casi podría decirse que es ‘Él’, si no llega a ser porque la atracción es nula entre nosotros. Yo tuve una temporada en que de nula pasó a ‘algo’ peor fue al principio y por suerte me sobrepuse y conseguí mantener la amistad sin darme un ostión (la primera y última vez me temo).
Una de las mejores cosas de quedar con Muni, además de lo bien que me lo paso, lo mucho que hablamos y demás, es que me trata como una princess, y no os voy a mentir, aunque a veces me las doy de dura e independiente y blablablá, me encanta que de vez en cuando me traten como una princesita.

Me parece que es algo que poco a poco se está perdiendo, o nos hacemos a la idea de que no va a pasar y vamos por delante de ese trato ‘delicado y amable’, o puede que es que yo tengo taaaaaan mal gusto con los hombres que siempre elijo a los menos detallistas (no me extrañaría que esta última fuera la razón, es bien conocido mi ojo defectuoso respecto al macho ibérico o extranjero, da lo mismo.

Pero bueno, de vez en cuando puedo darme el ‘lujo’ de tener una divertida y entretenida velada y que me traten de fabula, ¿Cómo voy a renunciar a eso por nada del mundo? Gracias Muni!!

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